En Mendoza se vivió una noche de Copa a la altura de las grandes gestas. Godoy Cruz empató 2-2 ante Atlético Grau de Perú y consiguió el objetivo: terminar primero en el Grupo D de la Copa Sudamericana 2025. Fue un encuentro cambiante, caliente, de esos que ponen a prueba los nervios de todos. Y el Tomba lo sacó adelante con garra, personalidad y goles. El equipo dirigido por Daniel Oldrá llegaba sabiendo que tenía margen: le alcanzaba con empatar para avanzar como líder de la zona. Pero ni la tabla ni la calculadora le ganaron al corazón. Godoy Cruz salió decidido a ganar, y lo demostró desde el primer minuto con una presión asfixiante, buen juego por las bandas y una hinchada que no paró de cantar. En el segundo tiempo, Agustín Auzmendi aprovechó una pelota suelta en el área para abrir el marcador y hacer explotar al Malvinas. Parecía el comienzo de una noche tranquila, pero Atlético Grau sorprendió con una reacción impensada. Primero Neri Bandiera, con pasado en el fútbol argentino, y luego Rodrigo Vilca dieron vuelta el resultado en apenas cinco minutos. Silencio y preocupación en la tribuna. El Tomba estaba en octavos igual, pero el golpe anímico fue fuerte. Ahí apareció el carácter de este equipo. El alma del Expreso. Cuando la historia pedía coraje, los jugadores respondieron. Luca Martínez Dupuy, con un gran remate cruzado, puso el 2-2 que devolvió la calma y volvió a encender el canto en las tribunas. El empate valió oro. No solo sirvió para evitar el repechaje, sino que también fue una muestra de que este equipo tiene reacción, tiene juego y tiene hambre. Con este resultado, Godoy Cruz cerró la fase de grupos con 12 puntos, al igual que Grêmio, pero con mejor diferencia de gol (+5 contra +4). Es decir, el Tomba se clasificó a los octavos como primero, algo histórico para el club mendocino, que en este 2025 vive una de sus mejores campañas a nivel internacional. Lo de anoche fue mucho más que un empate. Fue una postal de lo que puede lograr un equipo que mezcla juventud, experiencia y una idea clara. Fue una declaración de intenciones: este Godoy Cruz no vino a pasear por Sudamérica, vino a competir, y va por más. Ahora, a esperar el sorteo. Pero el pueblo bodeguero ya se ilusiona. Porque este equipo juega, mete y sueña. Y cuando el Tomba sueña, Mendoza entera late al ritmo del Expreso.