Foster Gillett, empresario estadounidense de 47 años e hijo del expropietario del Liverpool FC, irrumpió en el fútbol argentino a fines de 2024 con una propuesta ambiciosa: invertir hasta 150 millones de dólares en Estudiantes de La Plata. El acuerdo, respaldado por el presidente del club, Juan Sebastián Verón, buscaba profesionalizar el fútbol del club mediante una sociedad mixta, manteniendo la estructura civil para las demás disciplinas Operaciones frustradas, como las de Rodrigo Villagra y Valentín Gómez, comenzaron a generar dudas sobre la transparencia de las inversiones. Estas sospechas se materializaron en marzo de 2025, cuando el fiscal federal Guillermo Marijuán inició una investigación preliminar por presunto lavado de dinero en transferencias de futbolistas, involucrando a Gillett y su representante en Argentina, Guillermo Tofoni. La denuncia, presentada en Comodoro Py, apunta a operaciones que podrían haber ocasionado perjuicios económicos a clubes y jugadores, constituyendo posibles delitos financieros.  Además, el Club Atlético River Plate presentó una denuncia penal contra Gillett y Tofoni por estafa y desbaratamiento de derechos acordados, debido a la frustrada venta de Rodrigo Villagra. Según la institución, la maniobra causó graves perjuicios al patrimonio del club.  Algo similar sucedió en Uruguay, la luna de miel entre Foster Gillett y Rampla Juniors ha llegado a su fin. El magnate estadounidense, que arribó al club uruguayo con promesas de inversión y modernización, es ahora blanco de la furia de los hinchas, quienes lo acusan de incumplir compromisos y de ser responsable del peor campeonato en los 111 años de historia de la institución. Tras una campaña desastrosa en el torneo Competencia, donde el equipo no logró victorias ni goles y sumó apenas 2 puntos de 18 posibles, los simpatizantes expresaron su descontento con pintadas en los muros cercanos al Estadio Olímpico. Los mensajes, dirigidos a Gillett, al presidente de la Sociedad Anónima Deportiva (SAD) Gastón Tealdi y al presidente de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) Ignacio Alonso, rezaban: “Foster Gillett, ¿la plata? 0 deudas pagas, 0 obras, 0 goles. El peor campeonato del club en 111 años” . Además de los resultados deportivos, los hinchas señalan problemas institucionales. El equipo no juega en su estadio debido a refacciones inconclusas, y el técnico Leandro Somoza debió ausentarse por motivos personales. La falta de avances en obras prometidas y la ausencia de mejoras económicas han incrementado el rechazo hacia Gillett, quien llegó como inversor estrella pero, según denuncian, aún no aportó mejoras significativas . Este escenario en Rampla Juniors se suma a las controversias que rodean a Foster Gillett en el fútbol argentino, donde su participación en Estudiantes de La Plata lo convirtió en la cara visible del avance de las Sociedades Anónimas Deportivas (SAD). El caso reavivó el debate sobre la privatización del fútbol, impulsada por el presidente Javier Milei, y planteó serios interrogantes sobre la viabilidad y transparencia de las inversiones extranjeras en los clubes tradicionales. Estudiantes se volvió el emblema de este modelo mixto, generando fuertes divisiones entre los socios y la comunidad futbolera: mientras algunos lo ven como una oportunidad de crecimiento económico, otros alertan sobre la pérdida de identidad y autonomía institucional.