No hubo goles en el Arena Castelão, pero lo que sí faltó fue espectáculo: Deyverson se erigió como alma del partido entre Fortaleza y Vélez por los octavos de final de la Copa Libertadores. El delantero brasileño sacó a relucir su repertorio de “travesturas futboleras” justo a los 29 minutos del primer tiempo. Ante un forcejeo cerca del arco velezano, tomó la pelota para entregársela a Marchiori... y antes, miró con picardía el dorso de la camiseta de Lisandro Magallán como preguntándose “¿quién sos?” .   Y por si fuera poco, no faltó su recordado amague, esa jugada de ficción que popularizó en semifinales con Atlético Mineiro. Esta vez vio a Elías Gómez distraído y lo engañó al estilo clásico: fingió un tiro rápido, se tocó la pierna izquierda como si se lesionara, y el lateral cayó en la trampa. Todo eso, con el público a su favor... hasta que varios hinchas locales reaccionaron llamándolo "payaso" por el show en un partido sin goles .   Este tipo de gestos ya forman parte de la identidad de Deyverson: provocador, imprevisible y cargado de picante. Su fútbol va más allá del gol: es un show sobre el césped. El ambiente lo nota, el rival lo sufre —y el hincha, para bien o para mal, lo disfruta.   ¿Qué significa esto? Deyverson hace historia no solo con goles, sino con gestos que rompen los códigos del fair play. Su amague es casi un sello distinto: tapa, distrae y decora la jugada. En definiciones cerradas, esos detalles generan tensión... y pasión.         WhatsApp: https://whatsapp.com/channel/0029VbAgwh3DeONCnOA33c40 X: www.x.com/zonadegol_ok