Boca transita una semana de alta tensión: con once partidos sin victorias, eliminación en la Copa Argentina, y la disolución del Consejo de Fútbol, el clásico contra Racing llega en momento clave –no solo por la necesidad de recuperarse, sino por revertir una estadística que duele.   La falta de triunfos en los clásicos se convirtió en una marca espinosa: el equipo xeneize lleva seis partidos seguidos sin ganar frente a los gigantes del fútbol argentino, un dato que interpela el rol de Juan Román Riquelme como máximo referente institucional.    Desde que Riquelme pasó del campo a la dirigencia, su balance en clásicos habla de la irregularidad: en 43 partidos oficiales, Boca ganó 10, empató 17 y perdió 16. Ni siquiera el respaldo popular logra moderar el análisis: el hincha sabe que lo que está en juego va mucho más allá de un resultado.    Además, este tramo negativo no es un caso único: ya en el pasado hubo ciclos similares, especialmente entre 2020 y 2022, cuando otro pico histórico de seis clásicos sin ganar se asoció también a su rol como vicepresidente del club.    Para revertir el curso, Boca no solo necesita ganar este sábado en La Bombonera, sino que Riquelme deberá usar su postura como dirigente para dar señales claras desde lo institucional. El cruce con Racing es más que un partido: es un desafío a su gestión y una chance para cambiar la narrativa.         WhatsApp: https://whatsapp.com/channel/0029VbAgwh3DeONCnOA33c40 X: www.x.com/zonadegol_ok