La delegación de Boca Juniors llegó a Santiago del Estero para enfrentar a Atlético Tucumán por la Copa Argentina, pero fue la figura de Leandro Paredes quien se robó el protagonismo desde el inicio. Desde las 13:00, una multitud copó el acceso del hotel Hilton esperando su paso, pero el griterío fue dirigido, principalmente, a su nombre. Apenas apareció, estallaron los cánticos: “dale campeón”, en recuerdo del título mundial con la Selección.  La escena se transformó en un desfile emocional: camisetas volando, pedidos de firmas, remeras al aire; y Paredes, siempre sonriente, accedió a saludos, fotos y autógrafos, generando un momento de comunión con la gente xeneize. La ovación se mantuvo, incluso, cuando los micrófonos invitaban a su paso lento.  Paredes no sólo fue el centro de atención, sino también el símbolo de esperanza para una noche clave. Desde su ingreso en el semestre pasado, su talento se convirtió en una referencia futbolística y emocional. Su reencuentro con el plantel y el cuerpo técnico fue el cierre perfecto para una previa que promete pasión adentro y afuera del campo.  La llegada de Boca se vivió como una fiesta anticipada, con una postal que mostraba la devoción y la expectativa que genera el mediocampista. Fue más que un aliento: fue la confirmación de que Paredes representa el alma de esta nueva etapa.           En ZONA DE GOL seguimos contando cada capítulo del regreso xeneize al interior: emociones, abrazos y sentimiento en cada llegada. WhatsApp: https://whatsapp.com/channel/0029VbAgwh3DeONCnOA33c40 X: www.x.com/zonadegol_ok