El torneo arrancó con cinco entrenadores argentinos en la competencia, pero las caídas de Gallardo (River), Russo (Boca), Simeone (Atlético) y Anselmi (Porto) dejaron a Mascherano como único sobreviviente en octavos. Su Inter Miami logró avanzar con cinco puntos, empatado con Palmeiras pero mejor diferencia de gol. Mascherano valoró el trabajo colectivo y su capacidad para “estar a la altura del Mundial”, destacando que el equipo lo logró tras un complicado grupo integrado por Porto, Palmeiras y Al-Ahly. Resaltó que, aunque no son favoritos, su equipo demostró armas futbolísticas y competitividad. El contraste con el resto de los entrenadores argentinos que quedaron en el camino es evidente. Mientras Gallardo apostó a una estructura pesada que no respondió físicamente, y Russo no logró despertar al equipo anímicamente tras el primer golpe, *Mascherano mostró otra cara: un equipo corto, dinámico, con pressing alto y circulación por abajo. Su Inter Miami, sin grandes nombres más allá de Messi, prioriza el orden táctico y la intensidad, dos marcas registradas del “Jefecito” desde su paso por la Sub 20. Lejos de los lujos, lo de Masche es trabajo, lectura y humildad estratégica. En un torneo lleno de egos, *el último DT argentino en pie es, curiosamente, el más joven y silencioso*.                                        La siguiente parada es un duelo de alto voltaje: los octavos vienen con un cruce ante el PSG, actual campeón de Champions. Mascherano analizó el duelo con firmeza, confiado en que su equipo puede dar pelea con inteligencia táctica y entrega