El fútbol argentino no da respiro, y esta vez el epicentro del temblor fue el Bajo Flores. Miguel Ángel Russo, un hombre de mil batallas, de perfil bajo pero decisiones firmes, sorprendió a todos y abandonó el barco de San Lorenzo antes de tiempo. Y no de cualquier forma: el DT decidió rescindir su contrato de forma unilateral, según denunció oficialmente el club azulgrana en un comunicado que sonó más a bronca contenida que a simple información institucional. El Ciclón venía envuelto en turbulencias dirigenciales, con la licencia de Marcelo Moretti tras denuncias de corrupción, una economía quebrada, y un equipo que no terminaba de levantar. En ese contexto, Russo, que había llegado con la esperanza de encauzar el rumbo, dijo basta. Pero no se fue gratis: según trascendió, el entrenador pagó cerca de 900 mil dólares para cerrar su salida, compensando lo que restaba de su contrato hasta diciembre y condonando una deuda salarial del club. Y no pasó ni un día que ya estaba en Boca. Miguel volvió al club de sus amores, al lugar donde supo ser campeón de América en 2007, y ahora sueña con una nueva hazaña: el Mundial de Clubes 2025, en el que el Xeneize buscará meterse en la historia grande. Este viernes ya dirigió su primera práctica en Ezeiza y tomó el control de un plantel que viene de capa caída, pero con jerarquía. El Consejo de Fútbol quiere acompañarlo con refuerzos, y ahí también entra el capítulo Braida: Boca ya se comunicó con el entorno del capitán del Ciclón, figura clave del equipo. La cláusula de salida está fijada en 1.200.000 dólares, y si no hay negociación posible, en Brandsen 805 no descartan ejecutarla. Desde San Lorenzo lo sienten como una traición: perder al DT y posiblemente al capitán, todo en manos del club más poderoso del país, en menos de una semana. El hincha del Cuervo, golpeado, pide explicaciones. El comunicado oficial del club no dejó lugar a dudas: “El entrenador Miguel Ángel Russo decidió, de forma unilateral, abandonar su cargo como director técnico del plantel profesional”. Y aunque más adelante aclaran que hubo un “acuerdo”, las heridas quedaron abiertas. ¿Y ahora? En San Lorenzo ya empezaron a moverse para conseguir reemplazo. Suena fuerte Pablo Guede, viejo conocido del club, aunque también están en carpeta Rubén Darío Insúa (sí, otra vez) y Sebastián Méndez. Lo cierto es que Russo ya es historia. Y mientras tanto, Boca sonríe: tiene DT nuevo, refuerzos en camino y un objetivo mayúsculo en el radar. Como siempre, en el fútbol argentino, los ciclos empiezan y terminan de un día para el otro. Pero la pasión, esa, no se negocia.