San Lorenzo atraviesa uno de los momentos más críticos de su historia reciente. Este jueves por la mañana, el plantel profesional se reunió en el vestuario del predio de entrenamiento y amenazó con no salir a practicar, en protesta por los sueldos adeudados desde febrero. La tensión crece en un club golpeado por escándalos dirigenciales, crisis financiera y un clima interno cada vez más tenso. La deuda salarial no es nueva. Desde hace meses, los jugadores vienen reclamando el pago de haberes y premios pendientes. En marzo, varios referentes ya habían elevado un ultimátum a la dirigencia, exigiendo una solución inmediata. Aunque el club prometió saldar parte de los sueldos con ingresos por derechos de televisación, la situación no se resolvió.  La crisis institucional se profundizó con la licencia del presidente Marcelo Moretti, involucrado en un escándalo por presuntas coimas. Julio Lopardo asumió como presidente interino y reconoció públicamente las dificultades económicas del club. A pesar de los esfuerzos por mantener la calma, el malestar en el plantel es evidente.  El técnico Miguel Ángel Russo ha intentado mantener al equipo enfocado en lo deportivo, pero la situación es insostenible. La amenaza de no entrenar es una señal clara de que los jugadores están al límite. La dirigencia debe actuar con rapidez para evitar una crisis mayor que podría afectar el rendimiento del equipo en el Torneo Apertura.