Internacional

Francisco eterno: el legado imborrable del Papa argentino que conmovió al mundo

Austero, cercano y revolucionario. El Papa Francisco cambió el rumbo de la Iglesia con un mensaje de inclusión, paz y justicia social. Su legado va más allá del Vaticano: marcó una época con gestos que hablaron más fuerte que cualquier discurso.

  • 21/04/2025 • 10:39

No necesitó una corona para ser rey. Ni un palacio para ejercer poder. Francisco, el Papa argentino que falleció este domingo en el Vaticano, deja atrás mucho más que un pontificado: deja una huella espiritual, social y humana que trasciende religiones.

Desde aquel “¡Buonasera!” tímido que lanzó desde el balcón de San Pedro en 2013, Jorge Bergoglio se propuso acercar la Iglesia a la gente común. Y lo logró. Cambió lujos por simplicidad, protocolos por abrazos, y discursos rígidos por palabras que llegaban al corazón.

Su legado está hecho de gestos: lavar los pies a presos, visitar refugiados, recibir a víctimas de abuso, sentarse con pobres y marginados. “Prefiero una Iglesia accidentada por salir a la calle que una enferma por encerrarse”, dijo alguna vez. Y así vivió.

En lo doctrinal, fue una voz progresista dentro de una institución históricamente conservadora. Impulsó debates antes impensados sobre temas como el rol de la mujer en la Iglesia, la inclusión de personas LGTB+, el cuidado del planeta y la economía solidaria. Su encíclica Laudato Si’ es una guía ética sobre el medio ambiente a nivel mundial.

También fue un puente entre culturas, religiones y pueblos en conflicto. Se reunió con líderes musulmanes, judíos, budistas, e incluso con ateos. Siempre promovió el diálogo por sobre la confrontación.

Pero si algo definió su papado fue su cercanía con la gente. Nunca dejó de ser “el padre Jorge”, el que viajaba en subte en Buenos Aires, el que pedía “recen por mí” en vez de bendecir desde arriba. El que decía que el fútbol es pasión, pero que la fe es el verdadero partido de la vida.

En lo personal, fue un Papa que no buscó ser admirado, sino entendido. Y lo consiguió.

Con su muerte, el mundo pierde a un líder espiritual único, pero su mensaje seguirá latiendo en cada gesto de humanidad, en cada acto de bondad y en cada intento por construir un mundo más justo.

Francisco fue el Papa del pueblo. Y el pueblo nunca lo va a olvidar.