La guerra ya está desatada. El gobierno nacional, con Javier Milei a la cabeza  lanzó una embestida sin filtro contra la AFA y el corazón del fútbol argentino: sus clubes. En una maniobra que no sorprende pero sí indigna, aumentaron de manera descomunal las alícuotas a la seguridad social que deben pagar las instituciones. ¿El objetivo? Apretar económicamente hasta que se rindan y acepten el modelo privatizador de las Sociedades Anónimas Deportivas (SAD). Pero la AFA no se quedó callada. Salió con un comunicado demoledor que explica cómo durante meses trabajaron junto al Estado en una propuesta equilibrada para sostener el régimen previsional especial del fútbol. Presentaron números, ofrecieron pagar más, se comprometieron a que cada club se hiciera cargo de sus aportes y hasta elevaron el porcentaje para cubrir cualquier déficit. (podés leer el comunicdado de la AFA: La mentira, a la orden del día. La única verdad es la realidad¨). ¿Qué hizo el gobierno? Ignoró todo, pateó la mesa y firmó una disposición que triplica la presión sobre los clubes. Les subieron el porcentaje de deuda del 0,50% al 5,56%, una locura sin precedentes.(leé también: Milei le mete la plancha a la AFA ¨). ¿Y qué se busca con esto? Fundir a los clubes. Asfixiarlos. Quitarles oxígeno para que se entreguen al primer fondo buitre que venga con promesas de salvataje. Pero el fútbol argentino no es una empresa. No se rige por balances ni por acciones. Acá los clubes no son para hacer guita: son la vida de cada barrio. Son los pibes que entrenan, las pibas que juegan al hockey, los abuelos que van a la sede, los vecinos que hacen sociales. Sacarle eso a la gente es condenarla al olvido.                               Pablo Toviggino, el escudo del fútbol del interior, ya lo dijo claro: “Nos quieren disciplinar porque no nos arrodillamos ante los poderosos”. Y tiene razón. Porque no es casual que el ajuste vaya directo al corazón de los clubes populares. No es casual que desde hace meses los ataquen con operaciones mediáticas, causas judiciales armadas y ahora este tarifazo previsional. Es un plan sistemático para entregar el fútbol a manos de privados.                               Pero ojo: los clubes se plantan. Desde los más grandes hasta los más humildes. Desde La Boca hasta Santiago del Estero. Porque todos entienden que si entregamos esto, se pierde todo. Que no hay camiseta que valga si detrás no hay identidad, historia y comunidad. Desde la tribuna ya se escucha el grito: “¡Con los clubes, no!”. Y si hay algo que nunca pudieron ni van a poder controlar, es la pasión de un pueblo que sabe que el fútbol no se vende. Se defiende.       WhatsApp: https://whatsapp.com/channel/0029VbAgwh3DeONCnOA33c40 X: www.x.com/zonadegol_ok