Primera

Fassi, el patrón sin brújula: apretó a River y expuso a sus propios jugadores

Mientras Talleres se hunde en una crisis institucional con renuncias, marchas y un club acéfalo a días del debut en el Clausura, Andrés Fassi decidió enfrentar a River por el pase de Portillo y Galarza. Pero en lugar de mostrar liderazgo, dejó en evidencia su verdadera prioridad: los negocios. Y, como si fuera poco, expuso públicamente a sus futbolistas, dejándolos en el centro del fuego cruzado con la gente.

  • 10/07/2025 • 07:51

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La crisis en Talleres ya no es solo deportiva: es estructural, dirigencial y emocional. Y en ese incendio, Andrés Fassi parece decidido a echarle nafta en lugar de calmar las llamas. Tras la renuncia fulminante de Diego Cocca —quien se fue sin siquiera debutar como DT por la falta de refuerzos y el destrato al cuerpo técnico—(podes leer: ¨Cocca se hartó de Fassi: renunció antes de debutar en Talleres¨) el presidente eligió subirse al ring con River y lanzar una advertencia mediática por el interés del Millonario en Juan Portillo y Tomás Galarza. Pero en el intento de mostrarse firme, volvió a quedar expuesto: no solo como un dirigente sin rumbo, sino también como un operador que juega para sus propios intereses.

"Cuando llega una institución como River y te pide jugadores, los mismos jugadores son los que vinieron a vernos para pedirnos salir", dijo Fassi en plena conferencia. ¿Era necesario? ¿Era el momento? La frase, lejos de fortalecer al club, generó más tensión interna. Exponer así a futbolistas que todavía visten la camiseta, que quizás ni siquiera se vayan, es abrir un frente innecesario con los hinchas. Si después esos jugadores no son vendidos, ¿cómo los recibe la gente en la cancha? Fassi, otra vez, privilegió el show por sobre la contención.

Su actitud deja ver una ausencia total de liderazgo. Porque en medio de un vestuario golpeado, con el debut del Clausura a la vuelta de la esquina, el presidente eligió enfocarse en el negocio de siempre: vender. En vez de salir a dar respuestas a los socios que marchan en contra suya, eligió un acting de “defensor de patrimonio” que, en realidad, oculta su rol de gestor de ventas seriales.

                                   

Y mientras los hinchas piden su renuncia con carteles, banderas y marchas en la sede social, Fassi sigue moviendo piezas para perpetuarse en el poder. La oposición denuncia que quiere modificar el estatuto para poder presentarse a una nueva reelección, en una jugada que encendió aún más la bronca de los socios. “Talleres necesita dirigentes, no patrones”, disparó Daniel Quinteros, referente de la agrupación Más Talleres.
Léase: ¨Basta de Fassi; crisis, marcha y furia en el mundo Talleres.¨

                                  
 

En medio de ese incendio aterriza Tevez, que aceptó el desafío de ser el nuevo DT, pese al complejo panorama. Su llegada apunta a recuperar el nivel futbolístico del equipo, pero también a calmar las aguas en una plaza caliente como la cordobesa. (podés leer: Carlos Tevez es el nuevo DT de Talleres: oficial y con debut inminente)

Como si fuera poco, Fassi intenta mostrar autoridad en lo externo, pero puertas adentro el club es un caos.No hay conducción clara del plantel, no hay refuerzos. Solo hay negocios. Y como si ya no alcanzara con el cortocircuito con Cocca, ahora el presidente convirtió a Portillo y Galarza en rehenes de una pulseada mediática. La ética brilla por su ausencia.

En definitiva, Fassi eligió ponerse por encima de Talleres. Maneja el club como una PyME, no como una institución deportiva. Vendió gestión, prometió formación dirigencial, habló de modelo exportador. Pero hoy Talleres está a la deriva. Y mientras los hinchas cantan por amor al escudo, él juega su propio partido. Uno donde el único objetivo es ganar… pero plata.

 

 

 

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