Boca llega a este partido con la imperiosa necesidad de golear a Auckland City en Geodis Park, Nashville, desde las 16 horas (ARG). Sabe que no depende solo de sí mismo; necesita ganar por amplio marcador y que Bayern Munich derrote a Benfica, todo para soñar con los octavos de final. La hinchada, fiel a su estilo, ya promete inundar el estadio para alimentar ese clima de esperanza tan argentino que el equipo necesita. El equipo de Russo saldrá con lo mejor que tiene: Marchesín en el arco; Advíncula o Blondel como lateral derecho; Di Lollo, Pellegrino y Blanco en el fondo; Zenón, Battaglia y Velasco en el medio para dominar la mitad de la cancha; y arriba, serán grandes protagonistas Merentiel junto a Giménez o Cavani. Será un equipo ofensivo, con presión alta desde el arranque y mucho sacrificio para romper la igualdad temprana y contagiar a la gente que estará al límite. Auckland City llega cansado tras sufrir goleadas en los anteriores partidos y sabrá que esta será su última función. Enfrente tendrá a una Boca que juega en Argentina en forma de furia: con historia, pasional, emocionante. No hay margen para la tibieza: es una final anticipada por la ilusión.   Boca juega en dos canchas: una con la pelota y otra con el alma Hoy, frente a Auckland City, el Xeneize va con el cuchillo entre los dientes. Golear, esperar y resistir: la fórmula para seguir soñando en el Mundial de Clubes No es un partido más. *Es una final sin medalla.* Boca se planta ante Auckland City con una misión que excede lo futbolístico: hacer sentir que está vivo, que todavía late con fuerza esa mística que lo convierte en Boca. *No alcanza con ganar. Hay que golear.* Y mientras eso pasa en Nashville, también hay que mirar de reojo lo que hagan Bayern y Benfica, porque el destino depende de más de una pelota. Russo no lo dice, pero lo siente. Hoy Boca tiene que parecer Boca desde el primer minuto. Boca necesita meter el primer gol rápido para soltar piernas y activar el modo tsunami. Porque si algo aprendimos de este Boca es que cuando se embala, te pasa por encima. Pero si se traba, el reloj juega en contra.                                                En la tribuna, la historia: los hinchas juegan El aliento no se negocia. Y en Nashville, eso quedó demostrado: camisetas, banderas, bombos improvisados y hasta un mini-carnaval azul y oro se armó en la previa. Se sabe: la hinchada de Boca es una jugadora más. Lo dijo *Kompany, lo repitió **Kane, lo firmó **Guardiola*. Hoy, esa presión emocional tiene que activarse desde el primer grito, porque Boca juega en dos canchas: en la del césped… y en la del alma. Auckland llega eliminado, sin goles a favor y con la moral baja. Boca tiene con qué. Si gana por tres o más goles y Benfica no suma, se mete en octavos. Si gana por dos y Benfica pierde por uno, también. *Todo está tan justo, que hasta el fair play puede definir la clasificación.* Hoy no es solo fútbol. Hoy es Boca contra la historia reciente, contra la calculadora, contra la espera y, sobre todo, *contra el olvido*. Porque un gigante como Boca no puede irse en fase de grupos. Hoy hay que rugir. Y que tiemble el Mundial.   Los cruces que enfentaron ambos equipos hasta llegar acá:  * Boca  Juniors                                                                                           * Auckland City