El aire en la Bombonera huele a ilusión. Miguel Ángel Russo, el hombre que supo devolverle la Copa Libertadores a Boca en 2007, volvió a calzarse el buzo de DT y ya empezó a dejar su sello en el plantel. En su tercer entrenamiento al frente del equipo, el experimentado técnico organizó una práctica formal de fútbol donde probó dos alineaciones con el mismo esquema táctico: un 4-3-1-2 flexible, con enganches creativos y doble punta.  A pesar de las ausencias por lesiones y convocatorias internacionales, Russo no perdió tiempo y comenzó a delinear el equipo que enfrentará el desafío del Mundial de Clubes en Estados Unidos. Con Lucas Blondel y Luis Advíncula convocados a sus selecciones, y jugadores como Rodrigo Battaglia, Carlos Palacios, Milton Giménez y Edinson Cavani en recuperación, el DT apostó por juveniles y variantes tácticas para mantener la intensidad y el ritmo de juego. En la práctica, se destacaron las presencias de Ander Herrera y Alan Velasco como enganches, aportando creatividad y visión de juego. Además, el juvenil Brandon Rossi tuvo su oportunidad en el lateral derecho, mientras que Lucas Janson reapareció como centrodelantero, mostrando su olfato goleador. Agustín Martegani, sin minutos en 2025 y con un pie afuera del club, también sumó rodaje en el mediocampo. Los dos equipos que probó Russo fueron: Equipo 1: Leandro Brey; Juan Barinaga, Lautaro Di Lollo, Marcos Rojo, Marcelo Saracchi; Agustín Martegani, Williams Alarcón, Milton Delgado; Alan Velasco; Brian Aguirre y Miguel Merentiel. Equipo 2: Agustín Marchesín; Brandon Rossi, Jorge Figal, Ayrton Costa, Lautaro Blanco; Cristian Medina, Ezequiel Fernández, Kevin Zenón; Ander Herrera; Lucas Janson y Luca Langoni. Con la mira puesta en el debut ante Bayern Múnich el 16 de junio, Russo busca recuperar la identidad futbolística de Boca, apelando a su experiencia y conocimiento del club. El desafío es grande, pero la pasión y el compromiso del DT y sus dirigidos prometen dar pelea en cada partido. El pueblo Xeneize vuelve a soñar con gloria internacional, y Russo, con su estilo sereno y trabajador, ya empezó a construir el camino hacia una nueva epopeya boquense.